22.5.09

Capitulo 13 : Apenas Empezando

"Sí, ha pasado mucho tiempo ¡2 meses! pero creo que valió la pena" - Camila

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Camila despertó con la luz del sol dándole en la cara y con borrosos recuerdos de su extraño sueño. Recordaba que se encontraba con Nick Jonas, que él la acompañaba hasta su casa, que luego le presentaba a su hermana. Que él había sido muy dulce con ella. Que incluso había llegado a mostrarle su nueva canción. Era muy hermoso para ser verdad.

-Lo sabía.-Se dijo.-Solo era un sueño
-¿Ah, si? ¿Y entonces por qué yo sigo aquí?

Esa voz, esa dulce voz, solo podía pertenecerle a una persona. Con los músculos congelados y los ojos como platos, palpó con el brazo lo que había tras su espalda. Un par de ojos, una nariz, más arriba cabello rizado…

Solo una persona tenía así su cabello.

-¡Nick!

Nick, tendido a su lado, la observaba con una expresión acogedora.

-Sorpresa.-Murmuró.
-¡¿Qué haces tú aquí?!
-Lo que tú me pediste.

Ella estaba anonadada.

-¿A qué te refieres?

Nick aclaró su garganta, se levanto de la cama y comenzó con voz burlona.

-Ay, Nick, no te vayas. Por favor. Quédate aquí. Soy muy miedosa para quedarme sola.-La imitó, y le sacó la lengua.
-Te voy a matar.
-¿Ah, sí? Quiero verte intentarlo.

Con una especie de ira cómicamente actuada, se levanto ella también de la cama con una almohada en la mano.

-¡Es tu fin, Nick Jonas!

Le lanzó la almohada de improvisto, haciendo que Nick cayera al piso y se azotara la cabeza con la puerta, haciendo un ruido horrible.

-¿Nick?

Él no respondió.

-¡Nick! ¡En verdad lo siento! Yo…

Se arrodilló a su lado, tratando de hacerlo reaccionar.

-¡Despierta, Nick! ¡Por favor!

Su ingenuidad le valió un certero almohadazo en el costado, entre las risas de Nick.

-¡Deberías ser más cauta! ¡No puedo creer que cayeras con esa broma tan vieja!
-Esa me las vas a pagar.

Nuevamente la almohada voló por los aires, aterrizando exactamente en la cara de Nick

-Esta es la guerra.-Murmuró Nick.

Así, entre risas, almohadas voladoras y gritos de “¡Tonto!”, “¡Esa fue trampa!”, y “¡Vas a pagármela!”, comenzó la Tercera Guerra Mundial en la habitación de Camila. Después de unos minutos y varias caídas producidas por la fuerza de los golpes, una vocecita desde el pasillo interrumpió la improvisada pelea entre Nick y Camila.

-Cami-Dijo, aproximándose a la habitación.-, van a ser las siete y media. Dile a Nick que…

A ambos les distrajo ver en la puerta a Macarena, con la boca entreabierta.

-Tú, y…-Titubeó.-Y tú… Y… ¡Miren esto!
-Maca, nosotros…-Comenzó Camila.
-No es lo que tú piensas.-Le siguió Nick.

-¡Hicieron una guerra de almohadas y no me invitaron! ¡Malos!

Camila y Nick se miraron, sorprendidos por la inesperada reacción de la niña.

-¡Para la próxima avísenme!
-Claro. ¡Cuidado!.-Dijo Nick, lanzándole la almohada que tenía en su mano.-Ya te avisé. Estamos a mano.
-Pesado.-Susurró Macarena. Nick no la escuchó.
-Ya, entonces… ¿Qué nos ibas a decir, Maca?
-Eh… Que vamos atrasadas al colegio.
-¡¿Qué?!
-Son las siete y media, y tú todavía no te vistes, ni desayunas, ni nada.

Lo que Macarena dijo hizo que Nick se fijara en el uniforme gris y verde que ella traía.

-¡¿Y por qué no me despertaste?!

-Es que tú y Nick se veían tan lindos durmiendo, en especial con los ruidosos ronquidos de Nick a tu lado, ¡Y tú no despertabas!

Ambos se sonrojaron por completo, de la forma en que sólo una hermana menor sabe cómo, lo que hizo explotar en risa a Macarena.

-¡Y ahora se sonrojan juntos! ¡Qué lindo!




-¡Qué es eso! ¡Qué es eso! -Gritaba Macarena, saltando en su asiento.

Nick no hallaba una forma de hacer que Macarena se mantuviera tranquila mientras esperaban a Camila en el auto de sus padres.

-Maca, eh… ¿Estás completamente segura de que tienes todo para la escuela?
-Sí.-Respondió ella, fastidiada.-Ya lo dije seis veces. Además, no es “Escuela”. No estamos en Estados Unidos. Es un colegio.
-Supongo que es lo mismo.
-No importa. ¿Me dejas ver ese papel?
-¿Pero de qué papel me hablas?
-De ese que tienes en el bolsillo de tu chaqueta.-Dijo, apuntándolo.

De improvisto, Macarena alargó el brazo por el asiento del conductor, tratando de llegar a la hoja de papel en el bolsillo de Nick. Él, entendiendo de inmediato cuáles eran las intenciones de la chica, rápidamente sacó el papel de su bolsillo y lo escondió donde pudo.

-¡Déjame verlo!

Antes de que Nick pudiera pensar en algo que decir, Camila apareció.

-¿Por qué no usas uniforme? - dijo Nick observando el atuendo que llevaba.
-Es que hoy es mi último día.
-Y a mí me queda otra semana, ¿Injusto, no? - Dijo Macarena, irónica. Nick sonrió.
-Entonces, vamon...
-Nick, eh... ¿Qué haces en el auto?-Dijo Camila.
-Lo lamento, no debí... Yo...-Dijo Nick, algo intimidado.
-¡No! Nick, por favor no creas eso. Es sólo que...
-¿Qué?
-Tu licencia de conducir no es válida en Chile
-¡¿Qué?!
-Pues eso. Bueno, en Estados Unidos puedes manejar desde los dieciséis. Aquí es desde los dieciocho.
-¿Entonces...? ¿Qué hacemos ahora?
-Creo que yo tengo una idea...-Dijo Macarena.
-Oh, no.
-¿Qué?-Preguntó Nick.
-Transantiago.




-¿Y este es el famoso "Transantiago"?-Se quejó Nick, tratando de respirar entre un montón de gente.

Sofocadas, Camila y Macarena luchaban por no soltarse de las manos del pobre Nick.

-¡Sí!-Gritó Camila, contestándole.

Cuando pasaron por un paradero y más de la mitad del gentío se bajó, los tres, prácticamente corriendo, tomaron tres asientos vacíos

-¿Acaso no podíamos irnos en taxi?
-No. A esta hora ya no hay.
-Y entiendo perfectamente porqué.-Dijo Nick, fastidiado.

Trató de mirar por la ventana, evadiéndose del resto del mundo.

-Nick-Le susurró Camila.-, entiendo por completo cómo te sientes. Sé que este viaje no ha sido como esperabas. Pero ahora estamos todos ayudándolos a ti y a tus hermanos. Estaremos bien. Confía en mí.

Lo miró a los ojos. Nick le correspondió con una mala gana que pronto se fue cuando sus miradas se conectaron. Fueron sólo unos pocos segundos, pero a él le parecieron meses completos. Era tan... Sincera. Tierna. No tenía idea.

-Sí.-Respondió él, casi sin aliento.-Lo sé.

Camila le sonrió.

-“Es sorprendente.”-Pensó Camila.-“Nick Jonas no es como todos decían. Es mucho más agradable.”

Permanecieron callados el resto del trayecto, pensando cada uno en sus cosas, hasta que llegaron.

-Guau, por eso Chile es famoso por su vino.-Nick se sorprendió al ver el viñedo que estaba enfrente del colegio.
-¿Acaso no tienen viñas en Estados Unidos?-Dijo Camila, algo extrañada.
-Sí, pero no en una calle tan concurrida. Ni en medio de la ciudad.

Camila y Macarena compartieron miradas de orgullo.

-Bueno, creo que deberíam...
-¿Será él?

Los tres voltearon.

-Sí, creo que... ¡Es él!-Alguien gritó. Un flash apareció de la nada.
-Oh no... - Dijo Nick

El dueño de la cámara desapareció corriendo entre la gente.

-¿Que haremos? ¡Todos verán la foto!-Dijo Camila.
-¡Ustedes entren a clases ahora! ¡Yo iré por él!

Nick lo siguió sin tiempo para ver atrás y cerciorarse si ellas seguían sus instrucciones.

-¡Detente! ¡Oye!-Le gritó. El fotógrafo no le prestó atención.

Con mucho esfuerzo, esquivó a un montón de personas que venían en dirección contraria. Cuando salió, vio que la persona que le había tomado la foto estaba en ese momento cruzando la calle. Se fijó en él. Llevaba una capucha cubriéndole la cabeza, y ropa de color azul marino, con zapatillas blancas. Era más bajo que Nick. Al cruzar la calle, su nerviosismo por poco le cobra una paliza por un auto que iba a cruzar. Logró divisarlo y lo siguió hasta un callejón y logró su objetivo.


-¡Suéltame!-Nick reconoció un agudo timbre de voz.
-Eres...

Le quitó la capucha de la cabeza. Cabello castaño claro cayó por sus hombros

-¡Eres una chica!

Ella forcejeó hasta soltarse.

-¡Claro que soy una chica!
-¿Por qué hiciste eso?

La chica bajó la cabeza, avergonzada.

-Alguien me lo pidió.
-¿Quién?

-Un tipo loco que me pagó y me dio esto.

La chica extendió su mano y le entregó un extraño aparato.

-¿Un GPS?

Ella asintió.

-Me pidió que te buscara y te siguiera.

Nick suspiró, resignado.

-Ese tipo... Quiere acabar con nosotros. Con mis hermanos y...

No pudo terminar la frase.

-Contigo, ¿Cierto?

"Eso no era exactamente lo que quería decir..."

-Sí. Promete que guardarás el secreto.

-¡Por supuesto! ¡Yo...! ¡No sabía que quisiera hacer eso!

Nick le dedicó una sonrisa de gratitud.

-Y... Sólo por curiosidad, dime. ¿A quién rastreabas con el GPS?
-No lo sé. Aquí sólo dice "Elvis".
-Conque Elvis.-Murmuró.-Oye...
-¿Qué?
-¿Me ayudarías a volver a...? Bueno... Donde me estoy quedando. Supongo que sabes donde es.
-Claro. Pero hay que caminar.




-Creo que aún no me he presentado. Soy Cony. Tengo trece años.
-Un placer.-Dijo Nick, estrechándole la mano.-Soy...
-Nicholas Jerry Jonas, dieciséis años, vocalista, guitarrista, pianista y baterista de los Jonas Brothers.-Lo interrumpió Cony.-Lo siento, creo que tuve mi momento de fan.-Confesó avergonzada.
-Tranquila. Pasa todo el tiempo.

Ella emitió una risita ahogada.

-Te pareces a una amiga mía.-Dijo él.
-¿En verdad?-Preguntó emocionada.- ¿A quién?

Nick comprendió de inmediato la emoción de la chica.

-No, no es famosa.

Cony se decepcionó.

-Se llama Sofía. Tus ojos se parecen a los tuyos. Y su cabello. Solamente que el tuyo es un poco más oscuro.
-¿En verdad?
-Sí.

Ambos sonrieron.

-Oye, Nick.
-¿Sí?

-¿Qué esos que están en los diarios no son tú y tus hermanos?

Nick la vio, extrañado.

-¿De qué hablas?

Cony apuntó a un kiosco en la calle.
-De eso.

Flamantemente exhibidos en la calle, todos los diarios rezaban cosas como: “Desaparece el famoso grupo Jonas Brothers durante su visita a Chile” o “Tras dos conciertos en Chile, los Jonas Brothers se esfuman sin dejar rastro” o el único que Nick no logró entender, que decía: “Los Jonas Brothers dejaron pagando a sus fans después de dos conciertos.

-No puede ser.
-Quédate aquí. Ya vuelvo.-Susurró Cony en su oído.

Se acercó al kiosco y compró uno de los ejemplares exhibidos.

-Ahora veremos lo que dicen de ustedes.-Le comentó al regresar.


Relata Camila


-¡Cami, Cata! ¿Donde están?

Así llego Sofía a la clase de ese día, gritando y buscandonos.

-¡Más les vale aparecerse! ¡Tengo que mostrarles algo!

Llegó ante nosotras con cara de agotada y un diario en sus manos.

-¿Qué haces con un diario?-Pregunté.
-Oye, ¿No has visto a los demás en el curso? ¡Todos tienen uno!

Tenía razón.

-Están a punto de descubrirnos. A los seis.
-¿De que hablas?-La increpó Catalina.

Se acercó a nosotras y comenzó a susurrar.

-El video y las fotos de la huída de ayer están por toda la Internet. Ya todos tienen una copia, y ahora están diciendo que esas "chicas desconocidas"-Gesticuló las comillas con los dedos.-son parte de un complot para secuestrarlos y cobrar por devolverlos con vida.


-Esto tiene que ser una broma.


-No lo es.-Dijo, mientras yo le quitaba el diario de las manos para leerlo.-Ese tipo, el representante,-Apuntó a su fotografía en la portada del diario.-dice que no tiene idea de lo que pasó. Le hicieron una entrevista, y contestó como si él fuera el bueno de la historia.


-Y ahora nos busca la policía.
-Exácto. Y también el señor y la señora Jonas. Se lo tragaron todo.
-¿También?
-Sí. Y si llegan a descubrirnos, ahí recien estarán comenzando los problemas. Si es que descubren que los Jonas fueron los que huyeron, estaremos violando el contrato y el representante se quedará con todo el dinero de la gira.

Desde ese momento dejé de escuchar la conversación, centrándome en leer el artículo que tenía ante mis ojos.

Se desconoce el paradero del grupo Norteamericano Jonas Brothers
Aún no hay sospechosos concretos. Las fans están desesperadas.
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Durante la tarde de ayer, una multitud de fanáticas se encontraban en los alrededores del hotel Sheraton Las Condes con el objetivo de cumplir el sueño de conocer a sus ídolos. Todo parecía ir viento en popa cuando el bus de los tres hermanos se aproximaba a la Avenida Santa María. Después de unos minutos se divisó un auto Chevrolet de color blanco con Nick (16), Kevin (21) y Joe Jonas (19) junto a tres niñas, aparentemente entre 13 y 14 años, y una mujer saliendo por la parte trasera del edificio. El manager del grupo, Chris Ferguson, no se explica la desaparición de la banda: “Estamos tan impresionados como ustedes”.

Como todo escándalo, aparecen los rumores y este no se queda atrás. Se dice que las menores serían parte de un grupo especializado en secuestros dirigido por la joven que conducía el vehículo- el cuál estaría pidiendo 2 millones de dólares de recompensa a la productora. La Familia se ha enterado rápidamente de estas especulaciones "No podemos creer lo sucedido" dice Denise Jonas muy apenada "Haremos lo que tengamos a nuestras manos".La policía ya esta en investigaciones de este caso.


-Esto es increíble.
-Sí, ¿Que vamos a hacer?-Dijo Catalina un poco frustrada, y no la culpo.
-Creo que sólo nos queda ocultarnos el mayor tiempo posible, por lo menos hasta que le encontremos una buena explicación a todo esto.-Dijo Sofía


Después de eso escuchamos los últimos segundos de la clases:

-3...
-2...
-1...

Y mucho bullicio.

No estabamos para celebraciones.


Relata Sofía


Ya era hora de irnos. Volver a nuestros propios problemas. Me fuí a mi transporte. Llegue a mi casa. El rostro de Joe en la ventana esperándome me levantó un poco el ánimo. Supongo que no sabía lo que estaba ocurriendo.

Capitulo 12: Haciendo un Intento

Hola! Soy Sofía, una de las autoras del blog. Bueno, hago este paréntesis para contarles todo lo que me ha pasado estos días. Primero: Este capítulo es muy especial. Es lo que creo que algunas (Y especialmente alguien muy cercana a mi y a ustedes) estaban esperando. Este capitulo trae una versión alargada de "Give Love a Try". Sí, la canción de "Jonas"(Si no la han escuchado vean el video en YouTube aquí) No se confundan, esa no es Camila. Y no, tampoco se queda con Nick. Segundo, y + importante: Ayer fue el MEJOR DIA DE MI VIDA. FUI AL CONCIERTO DE LOS JONAS BROTHERS. Si, envídienme si quieren. Fui a Golden y los vi MAS CERCA DE LO QUE CREEN (jajajaja) También vi a Dani Martins, del Zapping Zone.

It was THE BEST DAY OF MY LIFE

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Entre el gentío, Camila buscaba desesperadamente una salida a lo que parecía ser un final inevitable. Cada segundo era crucial. Sólo una distracción, un simple error, y todo habría terminado. Desde atrás, escondido en las sombras, estaba él. Apuntando. Preparándose para acabar lo que había comenzado. Y nadie más que ella lo sabía.

Corría. Le ardía el pecho. Pero no había motivos para pensar siquiera en detenerse. Su mirada y su pensamiento estaban enfocados en una sola persona. El destino de la bala.

Nick Jonas
.

Todo pasó en un momento. Los gritos, el ruido, se volvieron un silencio. No se detuvieron, pero nada se escuchaba. Era como estar en una burbuja, donde solo una mínima parte del sonido que había afuera se podía escuchar. Un estruendo atravesó el aire y reventó la burbuja de Camila. El humo rodeaba a Nick y sofocaba a Camila, a pesar de estar a veinte metros de él. Con lágrimas en los ojos, contempló cómo su peor miedo se volvía realidad. Nick se desplomaba en el piso, sin poderlo evitar.




-¡Nick!-Gritó.

Despertó de un salto, con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta. Estaba en su habitación, en su cama.

-¿Te sientes bien?-Una voz le hablaba desde la puerta.
-Ni… ¿Nick?

En silencio, Nick se acercó con una sonrisa acogedora y se sentó a su lado.

-¿Qué haces aquí?
-Bueno, te escuché desde mi habitación, y me preocupé un poco, así que... Me levanté y vine a verte.
-¿Te desperté? Perdóname.
-No, no puedo dormir. Quédate tranquila.-Le susurró.-Ahora cuéntame qué soñaste.
-No quieres saberlo.
-¿Por qué?
-Fue horrible.
-Y por lo que parece, yo estaba ahí.
-Eh… Bueno… Yo…

Nick la tomó dulcemente por el mentón y le secó las lágrimas con el pulgar.

-No temas. Estoy aquí.
-Gracias.

La abrazó. Ella se acurrucó en su pecho.

-Esto es extraño.
-¿Por qué?
-Bueno, hace una semana jamás habría pensado que esto pasaría.

Nick sonrió.

-Creo que a ambos se nos cumplió un sueño.

Camila se apartó de él, sorprendida y con los ojos muy abiertos.

-¡¿Ambos?!
-Sí.
-¡¿Y desde cuando conocerme había sido un sueño para ti, Nicholas Jerry Jonas
?!

Él soltó una especie de risa-suspiro.

-Siempre quise tener una amiga así. Ese era mi sueño.


Ella bajó la cabeza, sonrojada y mordiéndose el labio.


-Nick, tú dijiste que no podías dormir.-Dijo, evadiendo el tema anterior.- ¿Por qué?

-No lo sé. A veces me pasa.


Se quedaron en silencio, contemplando los rayos de luna que entraban por la ventana.


-Escribí una canción.-Murmuró Nick, rompiendo el silencio de la noche.

-¿En verdad?

-Sí. ¿Quieres oír?

-Claro.


Nick se levantó y fue por su guitarra. Cuando volvió, se encontró con que Camila estaba sentada, esperándolo, luchando por no dormirse.


-¿Tienes sueño?-Le susurró al oído.


Camila se despertó sorprendida y fingiendo que nada había pasado.


-No, por supuesto que no. Solo… Descansaba los ojos.-Le mintió ella.


Nick esbozó una gran sonrisa al oír la inocente y obviamente falsa coartada de su amiga.


-Solo será un segundo.-Le dijo él.-Luego puedes volver a dormir.


Tomó su guitarra y se dispuso a tocar.


You

You’re like driving on a Sunday

You

You’re like taking off a Monday

You

You, like a dream

A dream came true


I,

Just a face you never noticed

Now

I’m just trying to be honest

With myself

With you

With the world


You might think

That I’m a fool

For falling over you


So tell me what can I do?

To get through to you

That is not so hard to do


Give love a try

One more time


-Es hermosa.

-Espera, hay más.


We

Met in a casual game of life

And

Next day I couldn’t think in someone more than you

Just you

My dream came true


You might think

That I’m a fool

For falling over you


But you should know

That is just love

And I think you feel it too


Give love a try

One more time


Cause you know that I’m on your side


Give love a try

One more time


Camila estaba sorprendida.


-¿Y?

-Yo… Guau, es... Increíble.

-Sí.-Nick le murmuró.


Al verla a los ojos, Nick notó que Camila evitaba mirarlo.


-¿Qué pasa?

-Pensaba en esa chica.

-¿Quién?

-Esa chica... A quien sea a la que le hayas dedicado esa canción. Tiene mucha suerte.


Ese comentario despertó la curiosidad y el interés de Nick.


-¿Por qué?

-Porque... Se nota que te gusta. Se ve en tus ojos.


Le sorprendió la verdad que ella había descubierto.


"Si supieras... Si sólo pudieras saber lo que realmente estás diciendo."


-Bueno, creo que ya deberíamos dormir. Mañana será otro día.-Dijo, tratando de ignorar sus pensamientos.

-Sí. Tengo que despertar temprano. Es día de clases.

-¿Pero no habías dicho que hoy era tu último día?

-No.-Lo corrigió.-Hoy fue la convivencia. Salgo de clases mañana.


Ella se dejó caer sobre su almohada suavemente.


-Buenas noches, Cami.


Nick se incorporó y se dispuso a dejar la habitación, dándole la espalda a Camila.


-¡No!-Él escuchó desde atrás.


Se volteó para ver a Camila. Ella estaba nuevamente sentada en su cama.


-Nick, yo... No te vayas.

-¿Por qué?

-No me dejes sola. Por favor.-Le pidió.-Quédate aquí.


Nick regresó a su lugar con una sonrisa iluminándole la cara.


-Está bien. Me quedo.


Camila esbozó también una sonrisa que hizo a Nick derretirse por dentro.


-No debes temerle a tus pesadillas.-Dijo Nick, acariciándole el cabello a Camila.

-No, no le temo a eso.

-¿Entonces?

-Temo despertar y que todo esto sea un sueño.

-No lo es. ¿Ya estás contenta?

-Guau, que gentil.-Bromeó ella.


Ambos rieron.


-Buenas noches, Nick.

-Buenas noches.


Ella se tendió en su cama y se durmió, con la mirada protectora de Nick sobre ella. A través de la ventana, el resplandor de la luna bañaba el cabello negro ondulado de Camila haciéndolo brillar. Pronto, Nick también comenzó a sentir los párpados pesados. Él peleaba consigo mismo para no dormirse, pero no había cómo evitarlo.


-Si voy a dormir-Se dijo a sí mismo.-, al menos que sea en mi cama.


Trató de levantarse, pero ninguno de sus músculos respondió. Entonces lo pensó mejor. Según él, no había problema alguno en dormir ahí mismo. Sí, podía malinterpretarse, pero ella solamente era su amiga, por mucho que Nick quisiera otra cosa.

Además, ella se lo había pedido.


-No me dejes sola. Por favor.-Le pidió.-Quédate aquí.


Cerró sus ojos, y se durmió.

9.5.09

Capitulo 11 : Danielle

-¿Los hallaste?
-No. Huyeron.
-Dios, esto es mi culpa. Jamás debí haberte dicho eso. Yo...

Un zumbido en el bolsillo de Danielle le hizo cosquillas y la distrajo de la conversación.

-Un segundo ¿Aló?

-Hola.-Dijo una voz femenina al otro lado del teléfono.

-Eh... Hola?-Preguntó, poniendo en práctica sus clases de español.

-Oye, sé que no sabes quien soy, pero tengo algo importante que decirte.

-¿Pero quién eres?

-¿Estás con alguien más?

-S... Sí.

-¿Con quién?

-Con... Eh...

-Que no escuche. Es sobre Kevin.


Danielle se apartó obedientemente de Ferguson y se encerró en un baño.


-Listo.

-Muy bien, te lo explicaré todo. Me llamo Catalina, y sé exactamente dónde está él.

-¿En verdad?-Dijo, emocionada.-¡Dime dónde está!

-¡No grites! Esto no lo puede saber nadie. Está conmigo.

-¿Contigo? ¿Lo secuestraste, o qué?

-No, él está aqui bajo su propia voluntad. Se está escondiendo.

-¿De quién?

-De ese tipo llamado Ferguson, su representante.


De pronto, todo el rompecabezas se armó en la mente de Danielle. Las preguntas, la escapada, el repentino interés de Ferguson en encontrarlos, todo tenía sentido. Todo eso apuntaba sólo a una horrible posibilidad.


-Dónde... Está... Kevin.

-Escucha, si te digo dónde estamos no nos encontrarás. Sé que tú no eres de aquí. Además, Kevin me habló de ti, y me contó lo del otro día.

-La pelea.

-Sí. Te voy a enviar mi dirección por mensaje para que vengas. No dejes que Ferguson se entere. Y Kevin tampoco debe saberlo.





Eran ya las siete de la tarde cuando Danielle llegó a la casa de Catalina, extrañada y muy confundida. Discretamente, llamó a la puerta, para encontrarse con una gran sorpresa esperándola.


-¡Ah, que bueno que llegaste! Pasa.

-Oye, tú eres...

-Catalina. Mucho gusto.

-Pensé que eras un poco...

-¿Mayor? No, sólo tengo trece.

-¿Y Kevin?

-Está adentro, en mi habitación. Esto tiene que ser rápido. Tú... Entras, y conversas sobre el tema con Kevin. Luego te explicamos todo, y después...

-Oye, ¿Por qué haces esto?

-Es que Kevin es mi amigo y se ve que está mal, y yo no quiero verlo así, sufriendo, y por eso te llamé, porque él está pésimo, y en verdad...

-¿Él está... ¿Sufriendo? ¿Por mí?

-Sí.


Danielle sintió que todo el mundo le caía encima cuando escuchó eso. Realmente, lo que más temía era hacerle un daño que luego no pudiera reparar. Y ahí estaba él, sintiéndose como que le hubieran sacado el corazón con un sacacorchos. Eso era más de lo que Danielle podía soportar.


-No puedo creer, todo el daño que le hice.-Dijo, antes de caer sentada en el sillón, llorando.

-Danielle...

-¿Danielle?

-¿Kevin?


En silencio, Kevin había aparecido de la nada.


-¿Oíste todo?

-Sí.


Se sentó a su lado y la abrazó.


-Perdóname, Kevin.

-No, es mi culpa. Debí escucharte, y no lo hice. Lo siento.


Catalina se había vuelto una simple espectadora de esa escena que ya parecía de película.


-Bueno... Todo esto es muy lindo, pero creo que ya es hora de explicar.

-Entonces parto preguntando.-Comenzó Kevin.-¿Cómo llegaste aquí?

-Gracias a esta jovencita, que por cierto, aún no me ha dicho cómo consiguió mi teléfono.

-Eh...

-Cata, dinos.-Dijo Kevin.

-Eh... Yo...

-¡Cata!

-¡Ya, ya! Lo saqué de tu celular. ¿Feliz?


Kevin miró sonriente a Danielle, y luego a Catalina.


-Claro.-Dijo, riendo y tirando del brazo a Catalina para que se sentara entre ellos.-Pero la próxima vez avísame antes.

-Pero si te decía te ibas a negar, y todo mi plan se habría ido por un agujero.

-Eh, no es por ser descortés, pero yo tengo unas preguntas que hacer tambien.-Interrumpió Danielle.

-¿Como cuántas preguntas?

-Muchas.


Kevin y Catalina intercambiaron miradas de complicidad.


-Muy bien, pregunta.

-Primero: ¿Cómo se conocieron?

-Larga historia.

-Los escucho.

-Bueno, en el concierto del otro día.

-¿Cual, el del Sábado o el del Domingo?

-Ambos.

-Nick perdió su celular entre un montón de gente el día Sábado.

-Y mi mejor amiga Camila lo encontró botado en el piso.

-Llamamos para ver quién lo tenía...

-...Y Camila contestó.

-Ella y Nick dejaron pactado que se encontrarían al día siguiente para que se lo devolviera.

-Pero yo y mi otra mejor amiga, Sofía, nos colamos en el Backstage.

-Exácto.

-Tuvimos problemas con los guardias, y la Cami nos salvó.

-Entraron a nuestro camarín...

-...Y ahi lo conocí.


Pasaron unos segundos antes de que Danielle asimilara por completo la confusa situación que le estaban presentando.


-Claro...-Dijo ella, asintiendo.


A Kevin y Catalina se les escapó una risa inevitable y ruidosa.


-Sí, es muy complicado.

-Ustedes tenían razón. Es una larga historia. Pero, Kevin, y entonces, ¿Qué haces aquí?

-Eso...

-Espera.-Murmuró Catalina.


Le tapó la boca e hizo un gesto, indicando que escucharan. El silencio de la casa pronto fue roto por un auto que pasaba por la calle.


-Es solo un auto.-Indicó Kevin.

-¡No, no es solo un auto!-Le contestó Catalina.

-¿Entonces?

-¡Se acaba de estacionar enfrente de la casa! ¿Y si es Ferguson?

-Oh, no. ¡Me siguió hasta aquí!-Gritó Danielle

-¡Tienen que esconderse!

Los tres se levantaron y Catalina los empujó a su habitación.

-Escuchen, si algo pasa, cierren la puerta con pestillo, y salgan por la ventana. Yo les aviso si pueden salir.

-Está bien.


Cerró la puerta y se dirigió a la entrada para revisar al inesperado visitante.


-¿Mamá?

-Oh, hola hija. ¿Podrías venir a ayudarme? Hoy pasé al supermercado y necesito bajar las cosas del auto.

-Sí, claro. Sólo... Espera un segundo.


Corrió a su habitación a sacar a Kevin y a Danielle. Al abrir la puerta, los encontró viendo televisión, sentados en el borde de la cama.


-No hay problema. Es mi mamá.

-Entonces, vamos a conocerla.

-Eh...

-Hija, ¿Qué haces? Dijiste que sólo ibas a...


Su madre estaba en la puerta. Al ver a Danielle y Kevin, soltó uno de esos gritos que rompen ventanas


-¿Q... ¿Quienes son ellos?

-¡Tranquilizate! ¡Mamá, solo son amigos míos! Son Kevin Jonas y Danielle Delesea.


Kevin y Danielle la saludaron aguantandose la risa.


-Hola.

-Hola.

-H... Hola.-Tartamudeó, y luego dijo con una dulce voz.-Catalina, ¿Podrías venir un segundo?

-Sí, claro.


Cuando ámbas salieron, explotaron las risas en la habitación. Catalina las escuchó molesta.


-¿Desde cuándo tienes amigos de veinte...

-Veintiuno. Tienen veintiuno.

-¡No me importa cuantos años tengan! ¡Explícame!

-¡Pero si te lo conté ayer, después del concierto! ¿No lo recuerdas?


Desde la habitación, Kevin y Danielle luchaban por seguir aguantándo las risas.


-¡Y ustedes dos callense!-Les gritó ella.

-Bueno, si ya me lo habias dicho, eh... Perdón, hija.

-No importa.


La abrazó.





-Chicos, ¿Salsa de carne, o blanca?

-¡De carne!-Respondieron Kevin, Danielle y Catalina, al unísono.


Pasaron unos minutos para que la madre de Catalina llegara con una flamante olla de fideos con salsa de carne y cuatro platos, uno para cada uno.


-Kevin,-Dijo mientras servía.-¿Como cuánto tiempo necesitas quedarte?

-No lo sé. Supongo que hasta el Viernes.

-¿Y tú, Danielle? ¿Dónde te vas a quedar?

-En el hotel. Necesito averiguar más sobre Ferguson.

-Vaya lío en el que se metieron, chicos.

-Sí.

-Horrible.

-¿Y? ¿Qué opinan? ¿Les gustan?-Preguntó la madre, apuntando a los fideos.

-Esta delicioso.

-Yeah, digo, ¡Si! - respondió Danielle, con su español de principiante.