17.4.09

Capitulo 10 : Una Serie de Eventos (Des)Afortunados

Relata Nick


-Nick, ¿En que estabas pensando?

Apenas habíamos llegado, y Camila ya me llenaba de preguntas sobre la brillante idea que había tenido.

-No lo sé.-Dije, con un tono relajado que la enfurecía.-Solo... Se me ocurrió.
-¿Por qué haces esto?
-Recuerda el trato.
-¿Que tiene que ver? Eso es mutuo. ¡Mutuo!
-Si.
-¡Nick!
-¿Que?
-¡No te burles!
-No me burlo.-Volví a mi tono original.-Solo digo que estaremos mejor así.
-¿Sin nadie que nos proteja?

Suspiré, cansado de eso, antes de sentarme en el sofá. Le hice una seña a Camila para que me acompañara, y se sentó a mi lado.

-Camila-Le tomé la mano. De nuevo tuve esa sensación de estremecimiento.-, estoy tratando de poner en peligro a la menor cantidad de gente posible. Ya es arriesgado que tú estés involucrada, y peor sería que también tu hermana, o cualquier persona, estuviera en esto. Es justamente lo que trato de evitar.
-Entonces esto es por ella.
-No. Es por ti.-Camila se sonrojó.-Porque no quiero que sufras.

Silencio. Sin haberme dado cuenta, estaba acariciando su mejilla con la yema de mis dedos.

-¿Que hora es?-Camila retiró suavemente mi mano de su rostro.
-Las seis. ¿Por qué?
-¿Las seis?-Gritó.-¡La Maca! ¡Lo olvidé!

Se levantó de un salto y salió corriendo de la casa. La seguí como pude.

-¿Que es la Maca?-Le dije, cuando al fin logré alcanzarla.
-Es mi hermana menor.
-¿Pero cuantas hermanas tienes?
-Dos. Y un hermano.
-¿Y como se llama él?
-Nicolás.
-Como yo, ¿No?
-Parecido.

Seguíamos corriendo. Ya llevábamos un par de cuadras. Pronto llegamos a una calle donde vi a tres niñas jugando con un perro. Cuando me acerqué más, me llevé una increíble y grata sorpresa.

-¡Elvis!

Mi querido Golden Retriever estaba con ellas. Al oírme, corrió hacia mí, y saltó, feliz de verme. Cuando al fin pude sacármelo de encima, me di cuenta de que estaba todo babeado.

-Oh, my little puppy. How did you get here?-Le dije con dulzura.
(Oh, mi cachorrito. ¿Como llegaste hasta aquí?)
-Cami... Él es...-dijo una niña unos 10 centímetros mas baja que Camila, y muy parecida a ella.
-Si, él es.-Dijo Camila.

La pequeña gritó, corrió, se acercó a mi, me miró fijamente, y me abrazó.

-Creo que esta es tu hermana.-Camila sonrió por mi comentario.


Relata Camila


-¡Sabes hablar español!-Dijo la Maca. A veces, mi hermana se veía muy tierna cuando se sorprendía.
-Si, aunque aún no muy bien.
-Nick, no te hagas el humilde. No te viene.-Dije. Todos reímos, hasta parecía que Elvis también.


Escuché que algo cayó. Ya creía que ese loco que casi nos mata nos había localizado. Pero no.

-¡Andrea!-Dijo mi hermana. Su amiga, que habíamos ignorado por unos minutos, estaba desmayada en el piso. Rápidamente Nick y yo nos agachamos para tratar de "despertarla". Era comprensible, Nicholas Jerry Jonas estaba al frente de ella, ¡Incluso hablando español! Para mí sería un sueño hecho realidad.

Bueno, esto es un sueño hecho realidad.


Relata Catalina


-Listo.-Dije, cansada.

Acarrear todas las cosas de Kevin desde la calle hasta mi casa, entre maletas de ropa, guitarras y dos amplificadores me había dejado exhausta, igual que a Kevin.

-¿Por que traes tantas cosas?
-No son tantas. Solo un poco.
-Claro. Sólo cinco guitarras, tres...
-Oye.,-Dijo, interrumpiéndome.-Son cuatro guitarras. El otro es un bajo.
-Ok. Cuatro guitarras, un bajo,-Puse énfasis en la palabra "bajo".-tres maletas, seis bolsos y dos amplificadores. ¿Acaso eso es poco?
-Y eso que no has visto lo que se quedó en el hotel.
-No quiero ni verlo.-Me hice una imagen mental. En verdad, no quería verlo.

Miré hacia la puerta, y vi una pequeña foto. Me levanté a recogerla.

-¿Quien es ella?

Kevin me arrebató la fotografía de mis manos. Al verla, su expresión se volvió sombría.

-¿Que te pasa?-Pregunté.
-Yo...

Él trató de esconder la foto, pero ya era tarde. Yo ya la había reconocido.

-¡Oye! ¡Esa es Danielle Delesea, tu...

Me dí cuenta de que lo que decía estaba hiriendo en verdad a Kevin. Se levantó de su asiento y me dirigió una mirada fría, pero muy triste.

-¿Donde voy a dormir?-Preguntó, duramente.
-Ahí.-Apunté a mi habitación.-Tengo una cama nido.

Dejé que entrara a ver, pero, cuando abrió la puerta, recordé un mísero detalle.

-¡No entres ahí!-Grité, y cerré la puerta.
-¿Por qué?
-Porque... Eh...
-Algo me ocultas.-Dijo. Con alivio, vi que estaba sonriendo. Un poco.
-No, ¿Por que lo haría?
-Entonces dejame entrar.
-No... ¡No entiendes!
-O me dejas, o tendré que hacerlo por las malas.
-¿Ah, si? ¿Y que vas a hacer?

Me arrepentí de haber dicho eso. Sin previo aviso, me agarró por el estómago, y me levantó por el aire.

-¡Sueltame!
-¡A sus órdenes, señorita!-Me dijo, antes de dejarme caer sobre el sofá y correr hacia mi habitación.
-¡No!-Grité, pero Kevin ya había abierto la puerta.

Ay, no. Mi desastre estaba al descubierto.


Relata Sofía


-
La comida estuvo muy buena, ¿Cómo se llama?-Preguntó Joe.
-Cazuela.-Le dije, como si fuera obvio para cualquiera.

Miré mi reloj de mano y me di cuenta de que eran ¡Las seis y media de la tarde y aún no le he dicho nada a mi madre! Ya era hora de despertar del sueño de muchas y regresar a la realidad: No puedo convivir, no tengo idea por cuanto tiempo, con un chico de 19 años en mi casa. Mi mamá no me permitiría eso... Jamás.

-Joe...
-¿Si?
-No podemos hacer esto. No puedes quedarte aquí
-Pero ¿Por qué? No necesito mucho, puedo dormir en el sofá, puedo comprar mi propia comida, ¿Cuál es el problema?
-Tu no entiendes. Tienes 19 años
-Si...
-Yo tengo 13. ¿No crees que esto es algo muy extraño?

-Bueno, sí. Oh, cómo no lo había pensado.

"Me doy cuenta, Joe."

-Y entonces ¿Que haremos?

-No lo sé...
-Tal vez...podrías quedarte conmigo.-La voz de mi lalita apreció de la nada.-No tengo problemas, tengo una habitación extra y Sofía podría visitarte.
-¿En serio?-Dijo Joe, sonriendo.
-En serio.
-Oh, esto es increíble. ¡Muchísimas gracias!-Se acercó y la abrazó. Me sentí un poco excluida pero sonreí, Joe se quedaría y ¡Lo vería todas los días!


Relata Kevin


Creo que ya entendí porque Catalina no quería mostrarme su pieza.El sitio era un desastre, la ropa estaba tirada, apenas se veía el piso.

-Guau.-Dije. No tenía palabras.
-Te lo dije. Ahora, por favor, sal para poder ordenar.
-Si quieres yo te ayudo.

Lo pensó un poco.

-Ok.

Nunca creí ver tanto desorden. Pero fue divertido ordenarlo. Creo que pasaron 2 horas para poder ver una habitación normal. Catalina y yo preparamos
mi cama, y luego vimos la televisión. Aún no sabía mucho español y tampoco conseguía tener un buen acento, así que vimos MTV.

-Hoy es lunes. ¿Cierto? -Dije.
-Sí
-¿No deberías ir mañana al colegio?

Asintió.

-Va a ser mi último día de clases del año. Ah, por fin vacaciones.-Suspiró.-Sólo tenemos una fiesta de fin de año en unas semanas y volvemos en Marzo.
-¿Y en Enero no?
-No, aquí no. No es como en Estados Unidos.
-Es raro. Tienen más vacaciones que nosotros.
-No lo creas. A mitad de año solo tenemos una semana.

Nos quedamos en silencio. Sólo oía el ruido de la televisión.

-Te debo una disculpa.-Dije.
-¿Por qué?
-No debí ocultarte esto.-Saqué de mi bolsillo la pequeña foto, y se la entregué.
No sé que me pasó. Sentí una mezcla de pena y culpa.
-Eh...Kevin, yo creo que también debo disculparme por que no se me hubiese ocurrido sobre lo de la foto y todo eso, disculpa si hice que te sintieras mal por mi tono tan... Tan...
-Entiendo. Tú no tenías porqué saber que eso me iba a afectar. ¿Amigos?

Le extendí mi mano.

-Amigos.-Me contestó, antes de abrazarme.

Me soltó avergonzada, pero a mí no me importaba. Le devolví el abrazo.

-Bueno, creo que aquí es cuando me cuentas por qué reaccionaste así cuando la encontré.
-Si.-Ella tenía razón. La solté y me dispuse a contar.-Todo empezó cuando la escuché detrás de una puerta. Cuando ella estaba hablando con Ferguson.
-¿Quien es Ferguson?
-El representante. Hablaban de cuanto ganábamos, de como vivíamos, bueno, ya sabes. Al principio no lo entendí. Era como si Ferguson se hubiera interesado extrañamente por nuestra fortuna. Y Danielle le contó todo.


-Hola, Danielle.-Dijo, antes de cerrar la puerta.
-¿Ferguson? ¿Qué haces acá?
-Solo quería preguntarte algo no muy importante, una simple duda, nada más.
-Ok, ¿Que quieres saber? ¿Es algo relacionado con los chicos?
-Si, ya que el otro día estaba hablando con Nicholas sobre la gira y unas cuantas cláusulas del contrato, pero Joseph, bueno, tú sabes como es Joseph, lo distrajo cuando soltó a ese saco de pelos de Elvis, y Nicholas tuvo que salir tras ese perro, éso fue lo que paro nuestra conversación.
-Pero cuentame que quieres saber,que estoy muy ocupada.
-Bueno, quería saber cuanto ganan los Jonas por concierto.
-No sé muy bien, pero Kevin me dijo que
a veces era posible llegar a los 10 o 20 mil dólares.
-¿En verdad?-Preguntó Ferguson, repentinamente emocionado

Danielle asintió.

-Pero es un secreto, así que no lo digas. ¿Ok?
-Está bien, Danielle. Y... ¿Cómo es su casa?
-Eh, ¿Por qué quieres saber sobre su casa?
-Por... Por curiosidad.

Danielle recibió un llamado.

-¿Hola?
-¡Eres una falsa, traidora y una mentirosa!
-¿Kevin? ¿Pero por qué...
-¡No puedo creer que confié en ti! ¡Creí que eras diferente, pero eres igual a los demás!
-Pero...

No pudo hablar más. Kevin cortó, furioso.


-Eso fue lo que pasó.
-¿Y que pasó luego?
-No le hablé más. Aún me duele mucho lo que hizo, ya que ella me cambió la vida. Me hizo feliz. Tal vez digas que no ha sido la única, pero ella fue especial, esa relación me la había tomado muy en serio, pero no puedo soportar estar con alguien que me traicionó.
-¿Y no crees que quizás no era su intención?
-Quizás, pero ella sabía que era un secreto. No sabíamos qué podía hacer Ferguson con esa información, y ahora que lo sabemos, es aún más peligroso de lo que creíamos.
-Pero aún así puedes perdonarla.
-No creo que pueda.

Salí de la habitación.


Relata Catalina


Esa conversación realmente me había dado para pensar: Danielle no tenía conciencia de lo que estaba haciendo, pero aún así era culpable. ¿O no?

En fin, sabía que, sin importar si era culpable o no, a Kevin le afectaba y yo no podía quedarme ahí sin hacer nada.

Además, ahora era su amiga.

10.4.09

Capitulo 9 : "Mamá, traje un Jonas a casa", Tercera parte

Sería un placer.-Respondí, antes de reírme. Nick se rió conmigo y nos encaminamos a la plaza.


Relata Joe


La casa por dentro era muy linda. Cuando entramos, me fijé en esa persona, esa a la que Sofía llamaba "Lalita", o como sea. Se veía simpática y amable. Era de baja estatura, mas o menos. Parecía de 50 años, con el cabello rizado, corto, y muy morena.

-¿Quien es ella?-Le susurré a Sofía, a riesgo de quedar como descortés.
-Mi abuelita. Yo le digo "Lalita".
-¿Por que?
-Larga historia. Después te cuento.-Dijo, y luego murmuró algo como: "Si salgo viva de esto..."

La seguimos hasta la cocina. Estaba oscura. La única luz provenía de unas pequeñas ventanas en la
pared, muy arriba. Cuando ya estábamos adentro, cerró la puerta y se volteó hacia nosotros.

-Sofía, cuéntamelo todo.
-¿Qué?
-Pues, explícame que hace él aquí.-Dijo, apuntándome. Su expresión ya era más severa.
-Bueno, yo...-Comenzó, sin saber como seguir.
-¡Ya!-Gritó, más alterada.
-¡Ok, Ok! ¡El Domingo, en el concierto, me lo encontré, junto a sus hermanos, conversamos, nos hicimos amigos, y hoy día nos llamó su hermano Nick a la Cata, la Cami y a mí para que los ayudaramos a salir del hotel donde estaban porque un montón de fanáticas los perseguían y su representante los quiere matar para quedarse con su dinero, y nos persiguieron, y casi nos chocaron y ahora nos estamos escondiendo los seis por nuestras vidas!-Terminó, exhausta y sin aire.

Su lalita cayó sentada en una silla que estaba detrás de ella, impactada, mirándola a ella, y luego a mí. Se tomó unos segundos para calmarse y pensar. De un momento a otro, sin explicación, se
levantó y nos abrazó a ámbos. Era extraño, pero parecía un buen indicio.

-Lo lamento. No te había entendido.
-No importa. Gracias por comprender.

Así nos quedamos los tres, un buen rato. De pronto, ya les tenía mucho afecto a las dos. Se notaba que se querían mucho.

-Bueno, y... ¿Comieron ya?-Nos preguntó la lalita, al mismo tiempo que nos soltaba
-Si.
-Entonces acompañenme. Yo todavía no almuerzo. Sofía, Joe, explíquenme bien el asunto suyo, que apenas lo entendí.
-Bueno, ya.-Le respondió Sofía.-Estábamos yo, la Cami y la Cata en el concierto el Sábado, y...


Relata Nick


El trayecto hacia la plaza fue muy divertido. Junto a Camila corrimos, jugamos, a veces jugaba a atraparla, pero eso no era muy divertido, porque Camila se dejaba ganar... O quizás era muy lenta.
En fin, llegamos a la plaza y nos sentamos en unos columpios entre risas, y después de haber corrido-Prácticamente-una maratón completa.

-Me vas a matar de una falta de insulina si sigues así.-Dije, como chiste irónico.
-Ni siquiera lo pienses.-Su rostro se oscureció de un momento a otro.
-Tranquila, sólo es una broma.
-Pero, aún así, no me hagas pensar en eso. De alguna forma, ahora yo soy responsable de lo que pueda pasarnos a ámbos. Me sentiría... Culpable. Si te pasara algo.

Vi en sus ojos una expresión muy... ¿Cómo decirlo? Pensativa. Y un poco triste. Seguramente recordaba lo del auto. La rodeé con mi brazo y sonrió.

-No te preocupes por eso.-Le susurré al oído.-Estamos juntos en esto. Nos cuidaremos el uno al otro. ¿Está bien?
-Si.-Dijo, antes de lanzar una de sus risas tímidas. Me hizo reír a mí.
-Además, lo de la insulina no funciona así. Tendrías que quitarme el Omnipod primero.-Apunté al pequeño dispositivo en el bolsillo de mi camisa.
-Jamás haría eso.
-Tienes razón. Eso es cosa de Joe.
-¿Joe te ha hecho eso?
-No. Pero no dudo que lo haría.-Dije, y luego le susurré.-No le des la idea.

Risas de nuevo.

-Ok. Será nuestro secreto.

Vino un momento de silencio. Era increíble, todo el cariño que había llegado a tomarle a Camila. Ella era muy simpática y tierna. Además, había arriesgado mucho por mí y mis hermanos, como Catalina y Sofía. No tenía la menos idea de cómo iba a devolverle todos los favores que me estaba haciendo.

-Oye, a propósito de Joe,-Eso interrumpió mis pensamientos.-¿Cómo crees que la estén pasando Joe y Sofía?
-No lo sé.
-Yo tampoco, pero no creo que volvamos a verlos con vida.
-¿Por qué?-Lo que dijo fue extraño.
-¿Acaso no oiste a su mamá en el almuerzo? Estaba furiosa.

Claro. El almuerzo.

-Ah, si. Pero, ¿Y eso no te sorprende a tí?-Parecía que hablaba de eso con total normalidad.
-Claro que sí. Aunque no me sorprende de ella. Su mamá es muy sobreprotectora. Además, no confía mucho en Sofía.
-¿Por qué? Es su hija. Debe confiar en ella.
-Me temo que Sofía no piensa como tú o yo. Mantiene dos perfiles diferentes. Como dos caras o dos vidas. Una para su familia, y otra para el resto del mundo. Y no le dice nada a su mamá de su "otra vida". Ella lo prefiere así.
-¿Y tú?
-¿Yo?-Eso la tomó por sorpresa.-Bueno... Yo... No puedo decir que les diga todo, pero tampoco les oculto tanto como Sofía. No se, soy...
-Neutra.-Dijimos al unísono, antes de empezar a reír. Otra vez.

De repente, entre las risas y todas las "confesiones", me fijé bien en ella. En sus ojos cafés. Parecía que algo debía estar ocultándome. Pero no me molestaba. Al contrario, era fascinante. Eso la hacía... Diferente. Especial. No lo sé con exactitud. Solo sé que era como un sueño. La hacía bella.

Sé que estaba sonriendo. Estoy seguro. Lo sabía por cómo sentía cada una de las facciones de mi rostro. Aunque esa reacción fuera totalmente inconsciente, yo deseaba sonreír. Y no quería que acabara nunca. Quería quedarme ahí, el resto de mi vida, sentado en ese columpio de madera, al lado de ella. Por toda la eternidad. Eso me hubiera hecho muy feliz.

Muy feliz.

El sonido de una bocina interrumpió mi "pensamiento". La hermana de Camila acababa de llegar. Entonces me dí cuenta de la estupidez que estábamos haciendo. La estaba poniendo en peligro a ella y a mí. En cualquier momento podrían haber aparecido mi representante y sus hombres. O peor, podría haberme reconocido alguien.

Subimos, tratando de mantener la mayor discreción posible, pero, a diferencia de lo que habíamos esperado, Natalia no partió ni parecía tener pensado siquiera hacerlo. Se volteó desde su asiento para poder vernos fijamente a Camila y a mí. Entonces vimos su expresión seria.

-¿Que pasa?-Pregunté, despues de un corto pero incómodo silencio.
-Camila, tengo que decirte algo importante.
-¿Qué?-Preguntó ella.
-El papá y la tía Vero se fueron de vacaciones a Mendoza sin avisar.

Camila estaba desconcertada.

-Pero... Es que... ¿Cómo pasó esto?
-Bueno, hubo una oferta dos por uno de una aerolínea y no lo pensaron dos veces. Tomaron todo y se marcharon.
-Pero, te vas a quedar con nos...
-No, lo siento. Me acaban de aceptar en mi trabajo. Me exijen puntualidad, y no puedo pasarme todos los días a verte. Además, el Nico está de vacaciones con su polola. No tengo idea qué voy a hacer contigo.

No entendía quien era el Nico, ni la tía Vero, ni que era exáctamente "polola", pero entendía lo fundamental.

-Yo... Puedo quedarme con ella si quieres.

Las palabras me salieron juntas de la boca. Quizás fuera una idea tonta, pero lo intentaría al menos.

-¿Tú?
-Sí.
-¿Y sabes cómo hacerlo?-Camila parecía morir con mi sugerencia.
-Tú tranquila.-Dije, poniendo una mano sobre la suya. Sentí que me estremecía al tocarla.-Creo que podría manejarlo.
-Pero son dos semanas. ¿Estás seguro?
-Completamente.

De reojo, me fijé en la expresión de Camila. Estaba atónita.

-Bueno, si tú quieres... ¿Camila, estás de acuerdo?
-S... S... Si.


Relata Camila


"Analizemos. ¿Nick Jonas es el que se acaba de ofrecer a "cuidarme" en mi casa? Es increíble. Primero, tengo que alojarlo en mi casa, y ahora, él "toma el control". ¿Que querrá? Y si... No. Es imposible. ¿O no? Además de la forma en que me quedó mirando en... ¡Camila, no pienses tonterías! Aunque también era tonto pensar que podría conocer a Nick Jonas, y ya lo conocí, y se queda en mi casa, y... Quizás... Esté... Enamorado de mí...


Al menos tengo estas dos semanas para averiguarlo..."